El domingo pasado fue el primer partido de los Sounders como locales para la temporada 2017 y El Brazo y yo tuvimos la suerte de ir al estadio y esta vez, en unos asientos super cerca de la cancha y en el medio. No nos pensábamos perder jugada. Jugaban contra los New York Red Bulls.
Después de una semana entera de lluvias y días grises, el domingo salió el sol para alegrarnos y calentarnos a los felices fans que íbamos al partido. El estacionamiento del estadio estaba repleto de fiestas pre partido, de camiones de comida, de cosas divertidas para probar y comprar.
Por andar comprando libros en la venta de los Friends of Seattle Library, nos perdimos la tradicional marcha con la banda desde Pioneer Square al Estadio. ¡Vergüenza de fans resultamos ser! Pero llegamos con tiempo para pasear entre los camiones y stands y hasta llegar temprano a nuestros asientos y charlar con los vecinos.
Los asientos son comodísimos; desde allí pudimos ver a los jugadores practicar tiros al arco, vimos toda la ceremonia de inicio, que estuvo muy emocionante. Presentaron la copa, porque si no te enteraste, los Sounders son los campeones actuales. Muchos gritos, aplausos, fuegos artificiales y llamas al estilo coliseo romano. Como de película de los 50.
A continuación vino el tradicional himno norteamericano por lo cual nos tuvimos que poner todos de pie. E inmediatamente después vino la patada inicial. ¡Solo que nadie se volvió a sentar en sus asientos!¡¿Qué?! comentamos entre El Brazo y yo. ¿Todos los que estamos acá pagamos un ojo de la cara y ahora tenemos que ver el partido parados? Pues sí, así es amigos de habla hispana. Como si estuviéramos en las gradas detrás del arco. Y encima todos tuertos por haber pagado un ojo.
Pues a alinear el ojo remanente entre las cabezas de altos y blondos norteamericanos en las filas de adelante e intentar seguir la pelota.
Gooool de cabeza de Morris |
Cuando terminó el partido, finalmente pudimos sentarnos a tratar de doblar las rodillas porque nos esperaba una larga caminata de regreso a casa. Ahora he iniciado las gestiones para recuperar nuestros ojos alegando que si no van a ordenar a los espectadores por orden de altura, se está discriminando. Mi abogado dice que no tengo mucha chance de ganar. Así que he decidido que para los próximos partidos vuelvo a los anillos mas alejados de la cancha, no solo porque puedo ver el partido sentada sino porque no me quiero quedar ciega.